El blog del Grupo de Trabajo sobre Bilingüismo de la Federación Regional de Enseñanza de CCOO

sábado, 21 de enero de 2012

3. Como está planteado el "bilingüismo” en la actualidad

En principio intentamos dar una definición medianamente adecuada a la palabra bilingüismo; según la Real Academia de la Lengua Española “bilingüismo es el uso habitual de dos lenguas en una misma región o por una misma persona”.

Esta escueta definición aclara bastante nuestra postura ante el “bilingüismo” implantado por la Comunidad de Madrid. Dudamos que, con la forma de enseñar el inglés, propuesta por la Consejería de Educación de Madrid, se logre que los alumnos terminen su escolaridad usando las dos lenguas habitualmente.

Creemos que con el bilingüismo hay grandes posibilidades de que los alumnos se quedan atrás y es en sí mismo segregador. Genera desigualdad interna en los centros por la división de los alumnos en los diferentes niveles. Es difícil llegar a mínimos curriculares con grupos de alumnos brillantes, en los otros grupos prácticamente es imposible.
Se abandona la igualdad de posibilidades, primero porque hay alumnos en estos centros que se pierden en el grupo y segundo porque la totalidad del grupo puede sufrir ralentización curricular en otras asignaturas. Se cuestiona la calidad del aprendizaje ya que enseñar la asignatura en lengua inglesa merma las capacidades del alumno para capacitarse en la asignatura: en muchas ocasiones se desconoce el léxico específico de materia en español.

Además no se cumple el principio de equidad y de igualdad de oportunidades. Los alumnos con necesidades especiales sufren discriminación en los centros bilingües. Es imposible integrarles con adaptaciones curriculares y, como los colegios bilingües son mayoría, se pierde la posibilidad de derivarles a un centro no bilingüe.

Aunque los alumnos de Secundaria de Sección salen beneficiados en su competencia de inglés el resto de los grupos se ven abocados a la masificación.

Por otra parte el programa no ha sido ni será evaluado. Es decir una evaluación de las asignaturas que se impartan con una programación extensa y adecuada y no sólo que se evalúe el nivel de idioma. Se descubre que el ritmo se ralentiza, el nivel disminuye y no se alcanzan los mínimos en las asignaturas. Aparece también segregación idiomática con la correspondiente desigualdad territorial en zonas, barrios, áreas etc.

En cuanto a los aspectos propios del profesorado la situación es grave. Se está desplazando personal y no existe desarrollo normativo definido. Existen centros reconvertidos por no habilitarse y las instrucciones que han llegado siempre han sido verbales. Esta presión se encuentra en todas las especialidades y el profesor no habilitado carece de la posibilidad de elegir.

Se comenta que jubilaciones y sustituciones a largo plazo, por norma, se adjudican a profesores de inglés sea cual sea la especialidad de la persona que se jubila. Así mismo maestros que trabajan en Secundaria no se les ha permitido habilitarse en francés (sí en inglés) o llegar a coordinador.

Al no existir material ni especialización del profesorado, la implementación del sistema ha hecho sentirse desplazado (en los dos sentidos) a algunos profesores y es la DGME quien decide las asignaturas que en ese centro deben impartirse en lengua inglesa.

Se constata que profesionales no habilitados de los centros  se les desplaza y pierden la plaza.  Como consecuencia se está perdiendo un modelo educativo y creando enfrentamientos y desconfianza entre docentes, los que están capacitados en inglés (habilitados) y el resto. 

Al no haber profesionales de algunas asignaturas se retoman otras dañándose la calidad en la enseñanza.

Las preguntas que los profesores y profesoras se hacen son: ¿Por qué acreditarse siendo especialista de la lengua? ¿Por qué se ha perdido la referencia del British Council? ¿Cuál era el papel que tenía en estos centros?

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Perfil: Profesor de Geografía e Historia con cese voluntario. Tiene el absurdo empeño de enseñar en castellano (sabe un poquito de francés; en su época de estudiante estaba de moda. Ya ves qué ridículo). Imparte clases desde el curso 99-00 en un centro pionero en "bilingüismo". Todos los años (otro absurdo empeño, le ha gustado el sitio) pide plaza en ese centro. Por dos cursos consecutivos ve como salen dos plazas bilingües para ocupar los puestos de los compañeros que se jubilan. La primera se concede con setenta y tantos puntos (todo un capital); la segunda con 0 puntos. Él tiene más de cien (de hecho, más que duplica la primera puntuación). Además de rabiar, llorar y mesarse los cabellos ¿puede hacer alguna otra cosa?
    Luego llegan los irlandeses y nos indignamos razonablemente ¿Y ante estas situaciones? ¿Acaso no son igualmente injustas?

    ResponderEliminar